El profesorado y el desarrollo curricular:Tres estilos de hacer escuela

El presente artículo comienza subrayando la vinculación directa y necesaria entre cualquier reforma educativa y los profesores y los centros, a los que califica como pilares fundamentales de las mismas.

A continuación pasa a caracterizar tres estilos de docentes en función de su actitud en el ejercicio de la docencia y todo lo que ello conlleva.

El estilo técnico correspondería al tipo de maestros que comúnmente llamamos antiguos o resistentes al cambio, que lo saben todo y que no cuentan con sus compañeros, partidarios de la lección magistral, el aprendizaje memorístico y machacón, el alumnado realizaría su trabajo individualmente, calladito y haciendo siempre el mismo tipo de actividades, dando igual que razonen o no, que reflexionen, que desarrollen su capacidad crítica, en la escuela sólo se trata de enseñar las áreas instrumentales, para nada importa su formación integral, del resto que se encarguen en casa.

El estilo práctico correspondería a un tipo de profesor más abierto de miras, que tiene en cuenta al alumnado, que se sigue formando, que se preocupa por la metodología, que contextualiza lo que enseña (en contraposición al técnico que enseñaría del mismo modo en Melilla que en Madrid), que quiere que lleguen a ser autónomos en el aprendizaje.

El estilo crítico se identifica con un perfil de profesorado abierto al cambio e incluso partidario de revisar continuamente su propia práctica docente, pero que tiene claro que a veces la teoría es muy bonita pero no puede llevarse a la práctica por falta de recursos que deberían haber previsto los políticos antes de aprobar una reforma.

El docente crítico es consciente de que forma parte de una comunidad escolar en la que tienen importancia otras voces y con las que tiene que estar siempre coordinado pues entre todos construyen la escuela.

Para concluir, decir que el artículo que analizamos, aunque hace ya bastantes años que se escribió (según deduzco de las referencias bibliográficas citadas), continúa estando vigente pues clarifica enormemente los perfiles de docentes que aún hoy encontramos en nuestras aulas y sus formas de entender el hecho educativo.