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La cultura escolar en la sociedad posmoderna

Ángel I. Pérez Gómez

 

Mientras a nuestro alrededor se cuestiona todo, el ámbito educativo no puede ser menos y dentro de éste la escuela, que aún se encuentra anclada en la cultura moderna a pesar de haberse rebatido ya los argumentos que defendían la utilización de la razón para explicar la realidad y orientar los comportamientos, en el sentido de que por el contrario de lo que se sostenía:

  • el conocimiento científico depende del contexto y de sus oyentes.
  • no se puede sostener ninguna concepción del desarrollo humano simplificando las diferencias y sin considerar la diversidad.
  • no se puede separar la razón del individuo y su entorno.

La escuela moderna se preocupaba sólo del conocimiento por lo que la formación que se ofertaba distaba mucho de ser una formación integral en la que se considere también como objeto de enseñanza otras facetas personales como los afectos, emociones, etc.

A finales del S.XX se impone la postmodernización, concepción relativamente independiente a la anterior cuyos rasgos definitorios son:

  • La crisis de la razón y su desglose en distintas razones.
  • El relativismo absoluto que nos lleva a verlo todo gracias a televisores y ordenadores con ojos de consumidores, a considerarlo como aceptable y a no entablar debate intercultural.
  • La sobrevaloración de la imagen y la consideración de que sólo existe lo que vemos en los medios de comunicación, por lo que nos volvemos menos críticos.

El autor tras la clara exposición de los rasgos característicos de ambas culturas, moderna y postmoderna, concluye que los proyectos curriculares de la escuela actual deben vincularse con la posmodernidad a pesar de sus carencias, porque la práctica educativa debe orientarse hacia el enriquecimiento personal de un sujeto cada vez más autónomo, crítico y protagonista de su propia vida y de la de su comunidad. Ahí mismo sostiene que el individuo debe ser el que reelabore su cultura en la escuela como fruto de la reflexión y el debate propios de las sociedades democráticas y no se limite a ser un mero consumidor.